martes, 2 de octubre de 2012

La clase

"Profesora usted me quiere a mí?" grita Durand desde el último banco, un alumno insoportable pero decidido a no llevarse la materia.  Sí claro que lo quiero, le digo, los quiero a todos.  Lambertini jamás me preguntaría eso, el es de piedra, ya se sabe, quedó huérfano.  (Él es el que  viene y doblándose el labio inferior hacia afuera me muestra una horrible verruga que lo está atormentando y yo trato de no poner cara de asco sino de pena y le digo "¡Ay, pobre!")  Lambertini se ríe cuando yo les digo que son mi curso preferido. Y después mientras tratan, de verdad, de resolver cálculos combinados con fracciones, Mendoza me dice: "Profe, yo me voya a tatuar su cara acá en mi brazo"

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